VESTIR UN CABALLO
RECONOCIMIENTO Y SORTEO
     


RECONOCIMIENTO Y SORTEO EN SEVILLA.
Este pequeño   reportaje no es más que una mera información visual del  tema. Si desea ampliar detalles,  la mejor referencia es el Reglamento Taurino vigente en Andalucía.

El Equipo Presidencial responsable de cumplir la normativa y presidir el festejo se compone de: Presidente y tres Delegados Gubernativos, procedentes del Cuerpo General de Policía, también tres veterinarios nombrados por la Administración Autonómica.


 Mañana de ajetreo. La  Maestranza se ubica en el centro histórico de la capital y el acceso con camiones no es fácil.

Entran los toros en los interminables y estrechos laberintos interiores
Directamente al pesaje, donde el proceso es supervisado
por la autoridad.
 El presidente, seguido de cerca por sus asistentes veterinarios, se dirige al
corral interior. . Los toros llegan como mínimo con un
día de antelación a la corrida
y vuelven a recibir otro reconocimiento por si
hubiese alguna incidencia el mismo día de la corrida.
El primer toro fuera, se exige silencio y discreción en los movimientos. El toro no debe asustarse y derrotar o estrellarse en un espacio
que es  desconocido para el. Todo el trabajo del reconocimiento es muy delicado.





El toro de una plaza de primera es costoso y  cuidadosamente elegido, no podemos
permitirnos  un accidente. El agua tranquiliza al animal con
un grado insospechado de eficacia.
Se le hace galopar para ver características y posibles defectos físicos. Precaución
y personal experto para esta operación en un lugar tan estrecho.
Lo dicho el agua amansa a
las fieras.
Reunión posterior, se valora
lo visto y se decide cuales aprobar. Entre estos, los profesionales eligen los que irán de reservas, ¿sobreros?
 Ya estamos en el día de la corrida. Han llegado de fábrica las puyas nuevas y se
procede a abrir y examinar 
por un miembro del equipo. Mientras tanto los picadores que ya han elegidos sus varas esperan turno para montarlas.




Rotos los precintos se examinan las puyas.
 Las puyas tienen numeración de fabrica y las siguientes características. 29 mm de altura de la pirámide metálica, 19 de ancho de cada lado de
la base piramidal, un tope de madera encordada de 30 mm
de diámetro y 60 de largo
lo que nos dan 89 mm hasta
la cruceta de 5 mm de diámetro por una longitud de 50 mm de cada lado. Para los novillos
3 milímetros menos de altura de pirámide.
Repartidas la puyas se comienza su montaje en las varas. Estas tienen  entre
2.5 y 2,7 metros de longitud.
Para ajustarlas bien, el palo
se enrolla normalmente
con las hojas de la critica taurina del día anterior
Golpes para encajarlas fuertemente y ya está. No
quita sin embargo la posibilidad de que ciertos
toros actuales se pudiesen picar con la parte contraria
del palo. 


 Cada cual marca su vara y
estas serán guardadas bajo
llave hasta la hora de la corrida.
Por supuesto se controla la sanidad y características
de los caballos
Estamos esperando el
sorteo. Los hombres de confianza del torero, acompañados  del presidente
y ayudantes, han ido a
enlotar.
Quiere decir
emparejar tres pares de
toros lo más equilibrada-
mente posible.
Siempre se procede igual.
Se colocan las tablillas  que
se van a colgar en la puerta
de los chiqueros según el orden de lidia.
1-4 primer espada,
2-5 el segundo y
3-6 el tercero.
 Se anotan los números de
los toros que corresponden
a cada lote y que se
apuntarán  en cada papelito.





Para eso estaban los dos sombreros, para servir de
bombo de la fortuna. Las bolitas con los papelillos dentro y
suerte maestro.


Momento muy interesante aunque no lo parezca.
Acabado el sorteo y en la cabeza de todos están las hechuras y características de los toros que correspondieron
a cada cual. Cada toro es una incógnita y cada torero en un momento y según que toros, también.
 En las corridas de un solo torero, no hay sorteo ni lotes de que hablar. Se colocan las tablillas y los representantes del torero deciden el orden de lidia.
Mientras tanto se prepara
el ruedo, rogando que no llueva.
Y después del trabajo bien hecho, una copita y  un rato 
de charla taurina en el bar habitual, donde la peña tiene su rincón. Como ven humildad y poco jamón.