La voluntad de ser y el novillo de Guardiola.
Se nos había
detectado últimamente a los aficionados sevillanos un cierto síndrome
de abstinencia taurina que la actitud de dos toreros, en particular Agustín
de Espartina y Abel Vallas han mitigado en parte.
Agustín que es un torero de corte elegante y fino nos ha dado la
sorpresa totalmente positiva de irse a la puerta de chiqueros en sus dos
novillos. Son las ansias de ser por encima de cualquier circunstancia,
donde está la vara de medir de un futuro matador de toros.
Imposible el lucimiento en su primero, es en ese segundo, que debido al
mentado síndrome es catalogado como muy bueno, donde el de Espartina
nos regala una faena vibrante con la muleta con pases bajos, decididos
y mandones rematada con una estocada donde la voluntad de ser pone su
empeño, en que esta, entre y mate.
Ya un poco más
desdibujado Fernando del Toro, donde si bien es cierto que sus novillos
no fueron buenos, es en la movilidad de estos y en su casta rabiosa de
mansos donde se le ve la capacidad de aguante del muchacho. Varias de
las coladas de los novillos se debieron principalmente a la poca quietud
de piernas. Es sabido que el toro embiste a lo que se mueve, y si esto
son las piernas mas que la muleta, pues el descastado por ahí se
va. Lo hará mejor cuando coja más oficio y confianza.
El primero de Abel,
un toro de barro cocido sin fuerzas para poder sostener su alma, imposible
la empresa.
En su segundo y ultimo de la tarde el chaval va a por todas, salga lo
que salga y como salga, estamos de nuevo en la voluntad de ser y en el
derecho intransferible que tienen los toreros de jugarse la vida como
y cuando les de su real gana le guste al respetable o no.
Dos revolcones peligrosos se llevó y no le vimos al espigado muchacho
ni un asomo de desesperación y si de valentía y decisión.
Se va pues de Sevilla con la tranquilidad de no haberse dejado nada en
el tintero.
Una novillada
para nada aburrida. La movilidad de casi todos los novillos, su peligro
de mansos y la voluntad de los actuantes, pusieron la emoción que
es en lo que se basa la Fiesta.
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Aviso para navegantes,
Si el tiempo y la autoridad político-administrativa no lo impiden.
Llevamos camino de reñir e incluso abroncar al torero que quiera
torear con agua, con viento, con toros imposibles, sentados en una silla,
o matando sin muleta.
Convertiremos el toreo en una pantomima políticamente correcta
y todos seremos felices y comeremos perdices en esta Arcadia Maestrante.
Paco Díaz
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