Por supuesto que cada cual puede hacer con su
capa un sayo pero me parece que es de mal gusto abrirse de capa
– y más como debutante- en la Maestranza con un capote
sucio y tieso como el cartón de un vagabundo.
Yo no soy el dueño del chiringito pero me duele el detalle
como si alguien viene a mi casa e ignora el felpudo que tengo
en la puerta.
Los tres toreros más o menos igual y no es cuestión
fotográfica de poner una galería de fotos de la
mugre. Con botón vale de muestra.
Román Pérez, francés de apellidos
de acá, lo apoderan los Matillas. Unos de los pesos pesados
en los entresijos oscuros del mundo de los toros.
Yo personalmente no le vi al muchacho tal nivel de predicamento.
No dice gran cosa a pesar del recital de trincherillas que nos
endilgó.
Supongo que alguien le dijo que la afición de Sevilla adora
este pase, -elegante pero liviano como los fandangos- desde las
épocas gloriosas del inefable Curro Romero.
El secreto de este torero quizás pueda estar en que es
un espadachín de primera categoría. El antebrazo
en la pala en su segundo novillo,-Joselito y Dávila Miura
en el recuerdo- me lo confirman.
En resumen cortó una oreja en un buen novillo, que en verdad
debieron de ser dos si hubiese estado a más altura.
En el otro menos potable, gran estocada también.
El local Pérez Valcarce se presentó
-como dice el cartel- a dar el aldabonazo en Sevilla que le abra
muchas puertas.
No tuvo buenos novillos y a pesar del apoyo del paisanaje no destacó
en nada. Deseamos que en otros sitios y lugares tenga más
suerte, y el aldabón le funcione.
Mario Aguilar con el puesto de hoy ganado en su
anterior comparecencia, estuvo en su estilo anterior. Hacer las
cosas bien con lentitud y dejar la planta quieta y por lo tanto
le vimos los mismos revolcones innecesarios.
No le sirvieron los novillos por lo que le damos margen de confianza
para el futuro, ya que el quedarse quieto no esta al alcance de
todos.